Entrevista a Eduardo Hernández Padilla – Músico (Barcelona)
Por Antonio Andrade – Poeta, escritor y periodista mexicano.

Ya decía yo que el nombre de este chico me sonaba de algún sitio, te explico, mi primera misión literaria con la revista del Instituto Nacional de Migración, consistió en asistir al evento en línea, por la celebración del día de la niña y el niño en México, desde Barcelona, ya tenía yo un marcado gusto por el sonido del Ukulele, yo creo que todos podemos recordar a Israel Kamakawiwo´ole interpretando “what a wonderful world”, o a Greta Vanderwaal llevándose al bolsillo a millones de televidentes desde “tiene talento” y, para no ir demasiado lejos, en mi muy particular caso, el Ukulele de Eduardo Hernández, convirtió una tarde de apuntes e impresiones, en toda una celebración.

Eduardo Hernández Padilla nació en Guadalajara México, su acercamiento a la música se dio a muy temprana edad, cuando sus padres lo llevaban a ver ensayar a su tío y a su padrino quienes, junto con otros músicos, conformaban un grupo versátil, es decir que tocaban de todo un poco.

“Recuerdo que a veces me dejaban sentarme a la batería, entonces podía experimentar con ella, ejecutar algunos ritmos y comenzar a sentir la música, también recuerdo que, en algunas ocasiones, íbamos a pasear a la plaza de Guadalajara o a la de Zapopan para escuchar a las bandas municipales, a mi me gustaba quedarme por ahí, escuchando atentamente las piezas que ejecutaban”

Su padre no se quedaba atrás, ya que también tocaba la guitarra, fue él quien le enseñó sus primeros acordes, cosa que Eduardo disfrutaba sobremanera.

“Ya un poco más grande, cuando inicié mis estudios de bachillerato, decidí inscribirme para tomar clases de guitarra en el taller experimental de música del colegio, y poco después, tras haber avanzado un poco, tuve la oportunidad de presenciar una serie de conciertos de guitarra clásica, esto me impacto muchísimo, me decía a mi mismo… “yo quiero tocar como estos señores”

Fue así que decidió matricularse para cursar la carrera de músico.

La vida a pulsaciones

“Durante los primeros años, mi maestro de solfeo nos daba la oportunidad de asistir a los ensayos de la orquesta que él mismo dirigía, esto me encantaba, pero en fin, que, tras terminar el bachillerato, me asaltó la duda de seguir o no el camino de la música, también me llamaba la atención la ingeniería así es que decidí valorar ambas opciones, desde un punto de vista más objetivo y durante un año, estudié la carrera de ingeniería en electrónica y comunicaciones de manera simultánea con la carrera musical”

Finalmente, y para el gusto de todos, Eduardo decantó por la música.

“Al final ganó la música, que es a lo que me dedico actualmente, y estoy muy feliz de ello”

Aunque el instrumento predilecto de Eduardo, es la guitarra, pero su pasión, pulsa de manera constante con cualquier instrumento de cuerda pulsada que llegue hasta sus manos…

“Desde Guitarritas, Guitarras, Guitarrones, Ukuleles, Vihuelas, Jaranas, etcétera, todo lo que implique pulsar cuerdas me gusta mucho, pero también soy muy curioso, me gusta explorar con instrumentos de aliento, de aliento metal, de aliento madera, percusiones, todo aquello que pueda implementar en mis clases de conjunto instrumental y en mi vida musical en términos generales”

A Barça i més enllá

Eduardo llegó a Barcelona para hacer un intercambio académico…

…”durante el último año de la carrera, llegué a la Universidad Autónoma de Barcelona para estudiar la carrera de Historia y Ciencias de la música y algunas asignaturas instrumentales y de música de cámara en el Liceo de Barcelona, recuerdo que tenía muchas ganas de crecer tanto profesionalmente como a nivel de vida porque siempre, el hecho de salir de casa e incluso del país, enriquece mucho a las personas”

Eduardo nunca se ha detenido a pensar sobre su relación amor / odio con España, reconoce que no ha sido sencillo pero bueno, ¿para quién sí lo ha sido?

“Obviamente me gusta mucho vivir aquí en Barcelona, aquí conocí a mi pareja y estamos muy contentos, pero ciertamente, al inicio, es decir, cuando llegué, el choque cultural fue muy grande, hay muchas cosas que se antojan raras y diferentes, pero son sólo eso, cosas distintas, cuestiones de vida, uno aprende a convivir con todo eso y eso nunca dejará de enriquecer nuestras vidas”

El siguiente acorde

“Lo que sigue es la consolidación de algunos proyectos que ya tenemos comenzados, desde hace algunos años, en conjunto con mi esposa, la maestra Violant Olivares, hemos comenzado el proyecto “Ukelelé Ukelelá, cantemos y toquemos sin parar”, que consta de la implementación del Ukelele como instrumento didáctico y de aprendizaje en las escuelas, el cual, a raíz de la pandemia ha tenido mucho auge, actualmente muchos profesores quieren formarse en esta metodología que creamos, afortunadamente se ha extendido importantemente en Cataluña y en el resto de España”

Eduardo y Violant, también sueñan con llevar este proyecto a México y a todo Latinoamérica, el reto radicará en no distraerse de su giro artístico, ya que juntos, también tienen un grupo artístico llamado “En clave de son” con el que realizan un espectáculo de corte familiar que lleva por nombre “El vuelo del pequeño Colibrí”, con el que interpretan piezas clásicas de autores latinoamericanos de inspiración popular.

“A través de este espectáculo, vamos introduciendo estas músicas tanto a grupos infantiles como de edades más avanzadas, la verdad es que está teniendo muy buen recibimiento por parte de la gente”

Para culminar esta entrevista, y sabiendo que una nutrida parte de quienes la leerán, serán migrantes y paisanos, Eduardo les dedico estas palabras…

“Traten de integrarse lo mejor posible en la sociedad que les acoge, creo que los migrantes mexicanos tenemos una capacidad de integración bastante buena, sabemos integrarnos, también es importante no olvidar o dejar de lado las raíces y todo aquello cuanto nos gusta de México, yo por ejemplo, me dedico a hacer música mexicana, toco música de mariachi y tenemos también, el grupo de baile folklórico mexicano desde hace varios años.

Cada experiencia es muy enriquecedora, eso es algo que mantiene vivas las tradiciones y la cultura mexicanas, y eso, para cualquier mexicano viviendo en el extranjero, resulta muy grato de encontrar.”